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REINO UNIDO APRUEBA UN IMPUESTO CONTRA LOS REFRESCOS AZUCARADOS

Esta medida pretende combatir la obesidad, entrará en vigor en abril de 2018

Las personas debemos de beber al menos de media un mínimo de dos litros de agua al día, esto es lo que recomiendan los médicos y los expertos para que nuestro organismo funcione de manera óptima. A pesar de estas recomendaciones, muchas personas tienen la mala costumbre de cuando tienen sed, suelen recurrir a bebidas, las cuales contienen altos contenidos de azúcares, ya sean bebidas energéticas, con gas o zumos. Estas bebidas son unas de las causas de los altos índices de obesidad entre la población. Esto ha sido demostrado tras diferentes análisis de la OMS y otras organizaciones y agencias internacionales. Además los casos de obesidad traen de cabeza a los distintos Estados, debido al alto gasto en sanidad que se ha llegado a causar.

Reino Unido cuenta unos índices de obesidad que están entre los peores de Europa. El 61,9% de los adultos y el 28% de los niños de entre dos y 15 años padecen. Para luchar contra estos altos índices aplicará un nuevo impuesto a las bebidas azucaradas y destinará lo recaudado a financiar actividades deportivas en los colegios.


El impuesto a las bebidas azucaradas lo pagarán las compañías de refrescos a partir de abril de 2018. Afectará a las bebidas con más de cinco gramos de azúcar por cada 100 mililitros y quedarán exentos los productos lácteos y a los zumos de fruta.

La medida ha provocado la caída en Bolsa de las acciones de compañías de refrescos. La medida entrará en vigor en el año 2018 con el fin de que les dé tiempo a las compañías a modificar la composición de sus productos.


Se trata de una medida con un cierto carácter controvertido, debido a que el Gobierno Británico ha decido entrometerse en el sector de las bebidas azucaradas, alterando la futura composición de dichos productos si sus empresas estuviesen dispuestas a reducir los contenidos en azucares con el fin de evitar que la se siga extendiendo la obesidad entre la población británica. En el caso de reducir estos niveles estarán exentos de pagar este nuevo impuesto.

Esta medida peca de ser no del todo eficaz, ya que los zumos de fruta han quedado fuera de este nuevo impuesto, los cuales cuentan con grandes cantidades de azúcar. Por último recalcar que los diferentes Estados y Gobiernos de los países del mundo global en el que vivimos cuentan con las herramientas suficientes como para poner fin a muchas de las causas que provocan la obesidad entre la población pero parece que la presión que ejercen las grandes marcas y compañías es suficiente para que sus productos sigan provocando efectos negativos en nuestros organismos. A pesar de esto, la guerra contra las malas costumbres acaba de comenzar y aún queda mucho trabajo para combatir contra estos productos malignos y sus respectivas compañías.

Borja Álvarez Ramírez


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